Restaurante del Hotel Utopía, Benalup Casas Viejas (Cádiz)

Benalup es una preciosa y tranquila localidad gaditana que se encuentra rodeada de naturaleza. De hecho está junto al Parque Natural de Los Alcornocales.

Un sitio perfecto para hacer una pausa es el restaurante del hotel Utopía. Al entrar lo primero que vemos es una barra y un amplio salón. Llama la atención la originalidad de su decoración, con cuadros y fotos de los años 30. Las mesas están dispuestas de una forma que ya he visto en algunas ocasiones en el extranjero pero que por aquí no se ve mucho: paralelas unas a otras y muy juntas. También hay un escenario con un piano, donde se ameniza la velada por las noches.

En cuanto a la carta, no es excesivamente amplia, pero hay una variedad aceptable de productos. El cocinero es gallego y eso explica que se puedan encontrar en la carta vinos, mariscos y pescados de Galicia.

Recomiendo de entrante una ración de mejillones al limón, verdaderamente deliciosos. Pedí como plato principal un cordero (para dos personas) y tengo que admitir que es el mejor cordero que he probado en mi vida. Según el cocinero estaba hecho al estido segoviano.

Los postres son caseros. La torre de chocolate con helado y la tarta de queso son una buena elección.

El servicio es atentísimo y muy profesional, como corresponde a un restaurante de alto nivel. No es barato en absoluto, pero teniendo en cuenta la calidad de su cocina, se puede considerar un precio justo. Hay detalles que no es habitual verlos, al menos en el ambiente que yo me muevo, como, por ejemplo, el que después de los mejillones te pongan una pequeña fuente con agua caliente y limón para lavarse las manos, o que recojan las migas de pan del mantel con una palita y una bandeja tan brillantes que deslumbraban.

El artículo que añado a continuación fue publicado en el País el 11/2/2006, y donde hace mención a los sucesos que hicieron famoso a esta localidad gaditana y describe la decoración y características del hotel.


Un oasis de los años treinta en Benalup
Abierto el hotel Utopía sin apenas referencias a los sucesos de Casas Viejas

Un gramófono haciendo girar un disco de piedra grabado en 1932 con la voz de la actriz Margarita Xirgu. La réplica del piano que la familia García Lorca compró a Federico para que aprendiera a tocar con las lecciones de Manuel de Falla. En el hotel Utopía el viaje en el tiempo se basa en los pequeños detalles. Un trayecto a la década de los treinta que arrancó ayer en Benalup-Casas Viejas (Cádiz). Los promotores han levantado algo más que una instalación turística. Su proyecto es también un museo, una sala de conciertos y un restaurante. Y en él apenas hay mención a los trágicos sucesos que ocurrieron en 1933 en el pueblo, a pesar de que algunos colectivos hayan denunciado que se estaba haciendo negocio de unas muertes.

El hotel Utopía se enclava en el centro del pueblo. El leonés Miguel Ángel Fernández compró la parcela de 1.400 metros cuadrados con la idea de levantar, junto a unos socios holandeses, un lugar de alojamiento para turistas pero con el aliciente de homenajear los años treinta, "una de las décadas más apasionantes de la Historia", según asegura.

En esa manzana se encuentra la parcela donde se cree que se ubicaba la choza que la Guardia de Asalto de la República quemó en 1933, en plena insurrección campesina, con una veintena de personas dentro. La joven María Silva logró salvarse, aunque sería asesinada tres años más tarde. Se la recordaría siempre como La Libertaria. El nombre que Fernández eligió inicialmente para su hotel. Las críticas de algunos sindicatos e historiadores le hicieron cambiarlo por el de Utopía, aunque en las toallas y los albornoces permanezca impresa la polémica leyenda.

Los sucesos de Casas Viejas no están presentes en ninguna de las 16 habitaciones. Todas ellas han sido decoradas de forma singular eligiendo un motivo diferenciador: en la del jazz, cuelgan las trompetas de Nueva Orleans; en la de la ilustración, las revistas Vogue y Vértice; la del París de 1937, exhibe motivos de la gran exposición; y la de las estrellas se decora con cromos de los grandes actores de Hollywood. El precio del alojamiento oscila entre los 125 y los 250 euros por noche. La cena con espectaculo, 38 euros.

Fernández dice que ha sacado adelante el proyecto "ajeno a la artificial polémica de algunos pocos", que le acusaron de mercantilizar la memoria libertaria, entre ellos la Confederación General del Trabajo, que insistió ayer en defender la protección de este espacio como Bien de Interés Cultural. El empresario asegura que se mueven por desinformación. "Ignoran que yo no he construido sobre el suelo de la choza". Aunque aclara que podría haberlo hecho, porque ese espacio no estaba protegido. "Era sólo un estercolero".

Esa parcela está separada del edificio turístico por una pared. A su lado se ha construido un edificio, que los promotores del hotel cederán a una fundación privada. Se instalará un pequeño museo para la interpretación y memoria de la tragedia. "Será independiente al hotel". La Diputación de Cádiz situará allí su colección de fotografías de los sucesos. En el lugar donde estaba la choza se colocará una figura conmemorativa y una placa en la que se leerá: "A todos los que lucharon por la vida hasta que se la arrebataron".