Venta El Potaje, Montellano, Sevilla
Un sitio diferente.
Entré en la Venta El Potaje por la cantidad de vehículos que había fuera aparcados, lo cual suele ser buena señal de que es un lugar donde se come bien y barato. Y estaba en lo cierto, pero también lo es que la Venta El Potaje es un sitio diferente.
Lo primero que te llama la atención es que, si no se hace reserva y tienes que esperar a que haya alguna mesa libre, tienes que coger un numerito de una máquina como las que tienen en los supermercados. Es la primera vez que veo algo así en un restaurante. Pero eso no es nada comparado con lo que venía después. Ante mi sorpresa, veo que en la carta no vienen los precios, sino solamente los productos que sirven. Cuando le pregunto a un camarero por cuánto saldría un plato de gambas, la respuesta me deja casi sin habla: "No lo sé". A lo que le respondo: "¿cómo calculáis entonces la cuenta, ¿tirando los dados?". Y él me dice que de eso no entiende, que el que sabe los precios es el dueño. Aun así, e intentando salir del shock de la respuesta del camarero, decido arriesgarme y pedir unos entrantes: langostinos tigres a la parrilla, los cuales estaban muy buenos pero que me sirvieron bastante tarde, tanto que los trajeron después del plato principal.
La casa tiene el detalle de servir gratuitamente una buena ensalada, en plato grande. La carta es bastante variada tanto en carnes como en pescados y mariscos: Pierna de cordero, cochinillo, solomillo de cerdo y ternera con diferentes salsas (a la pimienta, al whiskey...), pollo, lenguado, pez espada, corvina, chacinas variadas... Yo me decanté por Solomillo al Whiskey con patatas fritas de guarnición --no congeladas, lo cual es de agradecer--, que estaba delicioso, junto con media botellita de Marqués de Arienzo.
Los postres son en su mayoría caseros: flan de huevo, flan de café, mousse de limón, brownie... El flan de huevo no está mal, pero el brownie caliente con helado de vainilla estaba bastante mejor.
Y ya para finalizar, otro toque más de surrealismo: no hay cuenta con el importe detallado, sino que el camarero te pregunta qué has pedido, y una vez se lo has dicho, se queda pensando y dice: "son 35 euros". Allí todavía no ha llegado la informática, ni facturas con el membrete del establecimiento ni ningún avance tecnológico. De página web ni hablamos.
No obstante, lo cierto es que se come bastante bien en la Venta el Potaje, porque hay pocos sitios donde por 35 euros incluyan: pan, media botellita de vino, media ración de langostinos tigres, dos platos principales y dos postres caseros. Sin olvidar la ensalada regalo de la casa.
Venta el Potaje Ctra. Coripe km 2,5
Tlfn: 954 815 171
Imprescindible reservar
Entré en la Venta El Potaje por la cantidad de vehículos que había fuera aparcados, lo cual suele ser buena señal de que es un lugar donde se come bien y barato. Y estaba en lo cierto, pero también lo es que la Venta El Potaje es un sitio diferente.
Lo primero que te llama la atención es que, si no se hace reserva y tienes que esperar a que haya alguna mesa libre, tienes que coger un numerito de una máquina como las que tienen en los supermercados. Es la primera vez que veo algo así en un restaurante. Pero eso no es nada comparado con lo que venía después. Ante mi sorpresa, veo que en la carta no vienen los precios, sino solamente los productos que sirven. Cuando le pregunto a un camarero por cuánto saldría un plato de gambas, la respuesta me deja casi sin habla: "No lo sé". A lo que le respondo: "¿cómo calculáis entonces la cuenta, ¿tirando los dados?". Y él me dice que de eso no entiende, que el que sabe los precios es el dueño. Aun así, e intentando salir del shock de la respuesta del camarero, decido arriesgarme y pedir unos entrantes: langostinos tigres a la parrilla, los cuales estaban muy buenos pero que me sirvieron bastante tarde, tanto que los trajeron después del plato principal.
La casa tiene el detalle de servir gratuitamente una buena ensalada, en plato grande. La carta es bastante variada tanto en carnes como en pescados y mariscos: Pierna de cordero, cochinillo, solomillo de cerdo y ternera con diferentes salsas (a la pimienta, al whiskey...), pollo, lenguado, pez espada, corvina, chacinas variadas... Yo me decanté por Solomillo al Whiskey con patatas fritas de guarnición --no congeladas, lo cual es de agradecer--, que estaba delicioso, junto con media botellita de Marqués de Arienzo.
Los postres son en su mayoría caseros: flan de huevo, flan de café, mousse de limón, brownie... El flan de huevo no está mal, pero el brownie caliente con helado de vainilla estaba bastante mejor.
Y ya para finalizar, otro toque más de surrealismo: no hay cuenta con el importe detallado, sino que el camarero te pregunta qué has pedido, y una vez se lo has dicho, se queda pensando y dice: "son 35 euros". Allí todavía no ha llegado la informática, ni facturas con el membrete del establecimiento ni ningún avance tecnológico. De página web ni hablamos.
No obstante, lo cierto es que se come bastante bien en la Venta el Potaje, porque hay pocos sitios donde por 35 euros incluyan: pan, media botellita de vino, media ración de langostinos tigres, dos platos principales y dos postres caseros. Sin olvidar la ensalada regalo de la casa.
Venta el Potaje Ctra. Coripe km 2,5
Tlfn: 954 815 171
Imprescindible reservar