Cafetería Angélina, París
El mejor chocolate que he probado nunca
El chocolate es uno de mis alimentos preferidos y siempre que puedo lo tomo allá donde voy. Doy gracias a Dios por haber encontrado la cafetería Angélina en mi último viaje a París, puesto que es el chocolate más sabroso que he probado en mi vida.
Angélina abrió sus puertas en 1903, con lo que lleva más de un siglo deleitando al público. Se encuentra en la rue Rivoli, 226, entre la plaza de la Concordia y el museo del Louvre, bajo unos soportales, a pocos metros de la parada de metro Tuileries. Tiene un bonito mosaico en el suelo, justo delante de la entrada, con el nombre “Angélina”. Esta cafetería es frecuentada tanto por parisinos como por turistas, y si hay suerte podemos ver por allí algún famoso.
Al entrar nos encontramos a la izquierda con un pequeño mostrador en forma de “L” donde venden toda clase de tabletas de chocolate, chocolatinas y para hacer a la taza. A la derecha, vemos una cristalera repleta de pasteles a cual más bueno, junto con algunas mesas. Si se llega por la mañana temprano, posiblemente no haya pasteles, puesto que empiezan a hacerlos a partir de las diez u once de la mañana. Y al fondo ya encontramos el amplio salón, repleto de espejos y con mesas de mármol. Hay una planta superior donde también hay algunas mesas y los servicios.
No es muy problemático el no saber francés, puesto que hay un camarero de Valencia.
El chocolate es servido en una jarrita blanca, donde se conserva caliente bastante tiempo, y con capacidad para llenar dos tazas. El chocolate es menos espeso del que suelen poner en España. Hay una buena variedad de pasteles y están buenísimos. Uno de los pasteles estrella es el llamado Mont Blanc.
El único inconveniente es que es bastante caro. En París todo es más caro que en España. En Angélina casi todo vale 6 €. Chocolate, 6 €; pastel de chocolate, 6 €; pastel de fresa, 6 €… Aún así, tengo muy claro que la próxima vez que vaya a París me pasaré por Angélina.
La alternativa es Les deux magots --llamado así por dos estatuas que dominan el local--, en el Boulevard Saint Germain, justo al lado de la Iglesia y de la boca de metro de Saint Germain des Prés, donde también ponen un buen chocolate, aunque yo personalmente prefiero el de Angélina. Les deux magots es uno de los cafés más famosos de París y fue frecuentado en su día por Jean-Paul Sartre y Hemingway.
Tampoco se debe dejar pasar la oportunidad de pasarse por Fauchon, una tienda especializada en dulces y cholocates de París muy famosa. Fauchon trae los ingredientes de diversas partes del mundo. Su web es www.fauchon.fr
El chocolate es uno de mis alimentos preferidos y siempre que puedo lo tomo allá donde voy. Doy gracias a Dios por haber encontrado la cafetería Angélina en mi último viaje a París, puesto que es el chocolate más sabroso que he probado en mi vida.
Angélina abrió sus puertas en 1903, con lo que lleva más de un siglo deleitando al público. Se encuentra en la rue Rivoli, 226, entre la plaza de la Concordia y el museo del Louvre, bajo unos soportales, a pocos metros de la parada de metro Tuileries. Tiene un bonito mosaico en el suelo, justo delante de la entrada, con el nombre “Angélina”. Esta cafetería es frecuentada tanto por parisinos como por turistas, y si hay suerte podemos ver por allí algún famoso.
Al entrar nos encontramos a la izquierda con un pequeño mostrador en forma de “L” donde venden toda clase de tabletas de chocolate, chocolatinas y para hacer a la taza. A la derecha, vemos una cristalera repleta de pasteles a cual más bueno, junto con algunas mesas. Si se llega por la mañana temprano, posiblemente no haya pasteles, puesto que empiezan a hacerlos a partir de las diez u once de la mañana. Y al fondo ya encontramos el amplio salón, repleto de espejos y con mesas de mármol. Hay una planta superior donde también hay algunas mesas y los servicios.
No es muy problemático el no saber francés, puesto que hay un camarero de Valencia.
El chocolate es servido en una jarrita blanca, donde se conserva caliente bastante tiempo, y con capacidad para llenar dos tazas. El chocolate es menos espeso del que suelen poner en España. Hay una buena variedad de pasteles y están buenísimos. Uno de los pasteles estrella es el llamado Mont Blanc.
El único inconveniente es que es bastante caro. En París todo es más caro que en España. En Angélina casi todo vale 6 €. Chocolate, 6 €; pastel de chocolate, 6 €; pastel de fresa, 6 €… Aún así, tengo muy claro que la próxima vez que vaya a París me pasaré por Angélina.
La alternativa es Les deux magots --llamado así por dos estatuas que dominan el local--, en el Boulevard Saint Germain, justo al lado de la Iglesia y de la boca de metro de Saint Germain des Prés, donde también ponen un buen chocolate, aunque yo personalmente prefiero el de Angélina. Les deux magots es uno de los cafés más famosos de París y fue frecuentado en su día por Jean-Paul Sartre y Hemingway.
Tampoco se debe dejar pasar la oportunidad de pasarse por Fauchon, una tienda especializada en dulces y cholocates de París muy famosa. Fauchon trae los ingredientes de diversas partes del mundo. Su web es www.fauchon.fr
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